domingo, 29 de enero de 2012

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Debate chile colonial

Chile colonial



Chile Colonial:

Se llama así al periodo de la historia chilena que comprende de los siglos XVII al XIX.  Este periodo comienza con el desastre de Curalaba en el año 1598 y termina en 1810 con la instalación de la primera junta de gobierno de Chile, dando comienzo al proceso de independencia de Chile.
La vida colonial se desarrolló en los territorios ubicados al norte del río Biobío. Allí se consolidaron los diferentes grupos sociales, cada uno con un modo de vida propia. Estos grupos se diferenciaban por su origen y por los medios económicos de que disponían. Debido a ello, las clases sociales estaban muy bien definidas.
En este periodo se formó un gran sincretismo racial y cultural, que se originó con la convivencia de españoles e indígenas. Esta época se caracterizó por la creación de una organización institucional muy compleja, el mestizaje y el sincretismo cultural que darían origen a la sociedad chilena como tal.

Organización administrativa y política de la Colonia:

Desde España el máximo soberano de las colonias era el rey, la cabeza de una monarquía absoluta, bajo su mando habían dos formas administrativas: el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. El Consejo de Indias era un organismo ubicado en Sevilla, creado en 1524. Su función era asesorar al rey en el nombramiento de funcionarios destinados a América y en la creación de leyes; vigilar la aplicación del derecho a patronato (derechos de la Iglesia Católica para el nombramiento de autoridades eclesiásticas y definir lugares para construir templos, monasterios, etc.) y realizar juicios de residencia (evaluación al terminar su mandato). La Casa de Contratación fue creada el año 1503 en Sevilla. Se encargaba supervisar el monopolio comercial que España tenía sobre Chile y sus otras colonias, además de vigilar la llegada de colonos a América. 
En América el máximo representante del rey era el virrey, quien tenía atribuciones judiciales y administrativas. Bajo su mandato estaban gobernaciones y capitanías generales. La Capitanía General de Chile estaba bajo el Virreinato del Perú. El gobernador a cargo del Reino de Chile tenía funciones gubernativas, militares y económicas. Su deber era velar por la seguridad del territorio y ejercer el vicepatronado (ejercía el derecho a patronato en situaciones más cotidianas). También se encargaba de presidir la Real Audiencia, máximo tribunal de justicia en territorio chileno. Este organismo era el consejo asesor del gobernador, y podía ejercer su cargo momentáneamente si él moría o renunciaba. Además de él, participaban cuatro oidores, quienes se encargaban del cumplimiento de las leyes indígenas. Por la división del territorio en provincias, se necesitaba a alguien que se hiciera cargo de ellas: el corregidor, quien tendría las mismas atribuciones que el gobernador pero en un territorio más reducido. Y por último estaba el cabildo, grupo que representaba y defendía a los vecinos españoles. Su rol era preocuparse por el aseo y ornamento de la ciudad; de la salud pública e instrucción primaria y del abastecimiento de alimentos.



Españoles y descendientes

No era un grupo numeroso, debido a que en general fueron pocos los españoles que se avecindaron en América. Los españoles que venían directamente desde España recibían el nombre de peninsulares y generalmente ocupaban cargos en el gobierno, estaban relacionados con la Iglesia o bien al Ejército, o se dedicaban al comercio. Los hijos de  españoles nacidos en América recibían  el nombre de criollos.
La aristocracia estaba integrada por los peninsulares y los criollos. Ellos eran los dueños de las tierras por ser descendientes de los conquistadores. Además, tenían el poder en sus manos, gozando de relativa riqueza y de un buen nivel cultural. Ellos optaban a los cargos públicos.
Había también blancos que pertenecían a los sectores medios de la sociedad. Se trataba de comerciantes y artesanos, escribientes y oficiales del ejército que habían llegado después de la Conquista. Su nivel cultural era inferior al de los aristócratas y no tenían influencia alguna en las decisiones de gobierno.

Los indígenas 

Una  vez terminada la Conquista, los españoles se establecieron definitivamente en el territorio comprendido entre Copiapó y el río Biobío. Los indígenas que habitaban en este territorio fueron repartidos en encomienda para que ejecutaran los trabajos forzados que los conquistadores requerían. La mayor parte de ellos murieron durante el primer siglo de la Conquista, debido a que fueron robadas sus tierras, y obligados a trabajar en condiciones muy malas, realizando trabajos muy pesados, como los lavaderos de oro.
Como estaban débiles eran presa fácil de las enfermedades que trajeron los conquistadores, desconocidas para ellos. Periódicamente la viruela, el tifus, el sarampión, la peste bubónica y la gripe atacaban a la población, disminuyéndola notablemente. A ello se suma la separación que hacían los colonizadores de las familias indígenas: muchas veces marido y mujer vivían en lugares distintos y no tenían hijos.
Con el tiempo, rápidamente los aborígenes perdieron los rasgos característicos de su cultura, adoptando el idioma y la religión de sus conquistadores
A pesar de que la Corona hizo amplios esfuerzos por proteger a los indígenas, sus medidas resultaron inútiles, quedando este grupo reducido a su mínima expresión.

Actividad económica

Agricultura y ganadería

La actividad ganadera predominó durante los primeros cien años de la Colonia, siendo el sebo y el cuero los principales productos. Mientras el primero constituía la materia prima en la elaboración de las velas, el segundo era exportado hacia Perú, donde era transformado en diversos objetos, como suelas, badanas o cordobanes.

Durante el siglo XVIII la agricultura fue la actividad económica más importante. Factores externos (una devastadora plaga arrasó con casi la totalidad de los cultivos peruanos) aceleraron la demanda de nuestros productos, especialmente del trigo. Chile fue considerado, entonces, el granero del Perú, haciendo disminuir así las labores ganaderas e implementándose incluso una red vial para facilitar la exportación de los productos agrícolas.

Entre los cultivos más frecuentes que se desarrollaron en las estancias se encontraban el trigo, la cebada, el maíz, árboles frutales, hortalizas y viñedos.






Intercambio comercial

El comercio de todas las colonias españolas estaba bajo los dictámenes de la corona. Con el fin de aprovechar al máximo la nueva fuente de materias primas de alta calidad, España estableció un monopolio comercial con América. Para ello se implementó el sistema de flota y galeones, que consistía en la circulación de navíos mercantes desde Europa hacia América y viceversa, los que transportaban las materias primas y los productos manufacturados para ser transados. Estos, además, eran vigilados de cerca por barcos de guerra (galeones), los que aseguraban la integridad de las mercancías y de la tripulación.

Gracias a esta modalidad, el intercambio era continuo. Los comerciantes de nuestro país, por medio de sus agentes, llegaban a la ciudad de Portobello (Panamá) para adquirir los productos manufacturados provenientes de Europa, entre los que destacaban armas, joyas, aceite, vino y telas. Su traslado incrementaba considerablemente el precio de venta, lo que, paralelamente, fomentaba el contrabando de mercancías para conseguirlas a menor costo.

El monopolio comercial era tan estricto que incluso el intercambio entre las mismas colonias estaba fuertemente vigilado. Este hecho cambió de forma progresiva a contar del siglo XVII, cuando la corona flexibilizó las trabas comerciales. Una de ellas repercutió de manera directa en nuestro país, ya que permitió la apertura de dos importantes puertos, Valparaíso y Talcahuano.

Condiciones de trabajo indígena

Durante la Colonia, los gobernadores asignaban cierto número de indígenas a cada conquistador para que estuviesen bajo su cuidado. Estos debían trabajar según las órdenes de los españoles y pagarles tributos (en dinero o especies), debiendo recibir a cambio protección, comida y abrigo. Este sistema se conoció con el nombre de encomiendas y cada español a cargo de un grupo de indígenas recibió el nombre de encomendero.

Sin embargo, la situación no era tan ideal y, finalmente, las condiciones de vida de los aborígenes bajo el sistema de encomiendas eran paupérrimas.

Por ello, durante el siglo XVII fueron impulsadas una serie de medidas que intentarían regular y mejorar las condiciones de trabajo indígena. Sin embargo, a pesar de contar con el apoyo de importantes autoridades, pocas fueron implementadas y la mayoría obtuvo solo el repudio de los encomenderos.

En 1609 se intentó finalizar el servicio de encomiendas, pero solo se logró excluir a las mujeres y a los niños menores de 18 años. Doce años más tarde se promulgó la Tasa de Esquilache, que en 1622 sería modificada y llamada Tasa Real; esta medida fracasaría al igual que su antecesora. Ya en 1633 se redactó la Tasa de Laso de la Vega, donde se fijaba el tributo en diez pesos. Gracias a la iniciativa de Ambrosio O'Higgins, en 1789, se puso término oficial al sistema de encomiendas. La corona española determinaría su abolición definitiva en 1791.


Impuestos coloniales:

La directa vigilancia y administración que ejercía la corona española sobre el comercio de nuestro país no dejaba escapar ningún detalle, beneficiándose con cada una de las actividades económicas que se desarrollaban en el territorio.

El diezmo era el tributo que se cobraba a la producción agropecuaria y que sustentaba las labores religiosas, mientras que el quinto real gravaba el oro extraído en las minas y lavaderos correspondiendo a un quinto del total. También existía el almojarifazgo (impuesto de aduana sobre las mercancías que circulaban entre España y América), la alcabala (relacionado con la compraventa de bienes muebles o inmuebles) y la anata o media anata (correspondiente al pago del sueldo de uno o medio año).





El chile del siglo XVIII


El Siglo XVIII en Chile:




El siglo XVIII en Chile es un periodo de mayor prosperidad comparado con el siglo anterior, hubieron diferentes cambios en los que permanecieron algunos procesos como el mestizaje, y se mantuvieron las relaciones sociales en las haciendas y la vida fronteriza.


Dentro de los cambios y la continuidad del periodo, podemos señalar las siguientes características generales:


El cambio de monarquía en España, de la casa de Austria a la casa de Bobón, implicó una transformación y centralización de las actividades administrativas. Se intento controlar mas directamente a las autoridades regionales y para ello se crearon nuevos cargos, como los intendentes y subdelegados.


La clase dirigente se mostró abierta a la penetración de las ideas de la ilustración, las cuáles posibilitaron las reformas económicas y políticas que se requerían en el país.


La lectura de libros franceses; y el contrabando, facilitó la transmisión de objetos y propuestas reformistas y revolucionarias.


En lo comercial, Chile logró un contacto mayor con otras latitudes, fuese por el contacto con los navíos franceses y británicos, fuese por el contrabando y la llegada masiva de mercaderías después de la dictación del Reglamento de Libre Comercio en 1778. Esto ultimo posibilito el acceso a mercaderías variadas.


El desarrollo educacional alcanzó un gran nivel con la fundación de la Universidad de San Felipe, lo que permitió contar con un centro de estudios superiores y dejar a un lado la primacía de Lima en esta materia.


El neoclásico, el cual se aplico a los principales edificios de la ciudad de Santiago e influyo en la pintura, la escultura y la ornamentación de los templos.


La iglesia mantuvo su carácter rector en la sociedad chilena.


La frontera araucana también experimentó cambios, ya que los combates fueron por lo general muy distantes. Salvo algunas rebeliones importantes, el resto del tiempo se mantuvieron relaciones pacificas y comerciales entre indígenas y hombres blancos.


Los viajes científicos realizados por expediciones extranjeras, ayudaron a conocer de mejor forma el territorio, precisando muchos de los detalles geográficos desconocidos hasta ese entonces y configurando los límites chilenos al momento de la independencia del país.






REFORMISMO BORBÓNICO


Durante el S. XVIII. Bajo la dinastía borbónica se impulsaron desde el Estado una serie de reformas en todos los aspectos de la vida social y política.


Los ilustrados pretendían racionalizar la Administración como forma de fortalecer el Estado y la propia monarquía , y promover la economía.







UNIFICACIÓN Y CENTRALIZACIÓN


Los Decretos de Nueva Planta fueron la primera medida centralizadora a la que siguieron importantes reformas en la Administración.


Los Consejos perdieron peso específico. Solo el de Castilla mantuvo su importancia .


Los secretarios de Estado pasaron a primer plano, claro antecedente de los futuros ministros. Ej. Marqués de Ensenada ocupó diversas secretarias, en este reinado y el de Fernardo VI .


Las secretarias fueron cinco en tiempos de Fernando VI: Estado, Gracia y Justicia, Marina e Indias. Hacienda, y Guerra.


Los Intendentes que actuarían por encima de los corregidores .


Surgió sí el concepto de Provincia entidad territorial dependiente de un intendente , cuya función primordial era la gestión de todo lo referido a la milicia y a la hacienda.


Esta nueva organización no llegó a consolidarse de manera estable a lo largo del siglo.


Los intendentes tenían competencias diferentes según los territorios , se .limitaban a la gestión fiscal 





ECONOMÍA CHILENA EN EL SIGLO XVIII:






Características Generales


Durante el siglo XVIII la economía se caracterizó por mantener el carácter exportador de minerales y cereales e importar productos elaborados.


Se fue desarrollando lentamente. En un principio cumplía con el rol de autoabastecer a los colonizadores y en producir oro para importarlo. Pero luego estuvo en condiciones de producir productos como cuero y trigo, así en el territorio se definieron 4 actividades económicas básicas: la minería, la agricultura, la ganadería y el comercio.


La Agricultura:


El siglo XVIII ha sido llamado el “siglo de oro” pues Chile fue en ésta época el “granero” de Perú, ya que con el terremoto de 1687 y aparición del tizón se esterilizó gran parte de los valles fértiles, entonces todo el cultivo de trigo, desde Aconcagua a Colchagua, fue un negocio remunerador. Junto con subir el precio aumentó la exportación al virreinato.


El rendimiento de las tierras era escaso, y los métodos de cultivo, sencillos y económicos (se usaba un arado de madera, a veces con punta de fierro). En las grandes haciendas sólo se cultivaba un parte del terreno, el otro “se dejaba descansar”.


Entre el Maule y Chillán, el cultivo de la vid y la fabricación del vino y del aguardiente constituían un ramo importante de la agricultura.


La Ganadería:


Durante l último tercio del siglo XVIII la ganadería tuvo un gran desarrollo. La cría de ganado se hacía en forma extensiva ya que los animales se alimentaban sólo de los pastos naturales y en cierta época del año eran trasladados a los valles y laderas de la cordillera.


La distribución variaba según las regiones: en el norte predominaban los cabros; en el centro, los vacunos; desde el Maule al Bio-Bio los carneros; en Valdivia y Chiloé los cerdos.


El vacuno era el que tenía mayor importancia económica, debido a las grandes matanzas que se hacían en el verano y otoño, ahí se aprovechaba: el sebo, la grasa, la carne y los cueros.


La Minería:


El rey y los gobernadores se dedicaron a fomentar la minería, ya que estaban convencidos que creían que esta actividad económica era más rentable. En 1787 se creó el tribunal o junta de minería, que estimuló los estudios y reconocimientos y hecho las bases del crédito minero.


El gremio de mineros era considerado: “primeros artífices y fundamento de la riqueza y felicidad del estado”.


Tanto minas como lavaderos de oro se localizaron principalmente en la zona norte y central.


La zona minera se ubicó entre Copiapó y Aconcagua.


La plata tuvo un buen resultado en: Copiapó, Coquimbo, Putaendo y Maipo. Se destinaba la producción a la fabricación de monedas, vajillas y joyas.


El cobre se explotaba en: Copiapó y Aconcagua donde se empleó para utensilios domésticos y para fundir cañones y campanas.


Las Manufacturas:


En los campos se elaboraron ponchos, frazadas y alfombras, cuya producción se consumió en Santiago y en otras localidades.


La alfarería fue desarrollada especialmente por los jesuitas en la capital, junto con los monasterios de monjes, además los jesuitas poseyeron almacenes, molinos, panaderías y boticas.


La expulsión de los jesuitas fue un duro golpe para el progreso industrial del país.


El Comercio:


1.El comercio con España: Entre las medidas tomadas por los Borbones para el comercio entre España y América esta el establecimiento de navíos de registro y de la ordenanza del comercio libre. Los navíos de registro llegaban a Chile por el cabo de Hornos, lo que dejaba a los puertos del país más cerca de Europa que el Callao, los productos que se importaban eran: productos de ferretería clavos y alambres de Vizcaya, sedas, papel y quincallería, paños y lienzos. Chile sólo podía exportar cobre en barra a España.


2. El comercio con Perú y Buenos Aires: A Perú se exportaban principalmente el trigo, el sebo y el cobre, y de ese país se importaba azúcar, tocuyos, bayetas, tabaco y arroz. El comercio con el virreinato de Buenos Aires consistía en la internación de la yerba mate del Paraguay, frazadas de lana y jabón.


El Contrabando:


El contrabando fue una consecuencia necesaria del sistema de monopolio, gracias al contrabando los comerciantes americanos obtenían productos europeos a bajo precio.


Las ordenanzas reales contra el contrabando no se cumplían, pues los contrabandistas contaban con la complicidad de los funcionarios reales.


El contrabando, fuera de abaratar las mercaderías y enriquecer a mucha gente, contribuyó al mejoramiento de la vida material de la clase alta.


La Fundación del Consulado (1795):


Como los juicios del comercio dependían del consulado de Lima, los comerciantes solicitaron la construcción de un consulado nacional. Carlos IV decretó su construcción en 1795, mientras era gobernador Ambrosio O'Higgins.


El consulado tuvo su cede en Santiago, era un tribunal de comercio, cuyos miembros eran designados cada dos años por elección de los comerciantes.


La Fundación de la Casa de Moneda (1743):


Felipe V, accediendo a una petición del cabildo de Santiago, concedió el derecho de fundar una casa de amonedación a Francisco García de Huidobro, quién fundó la casa sus propias expensas.


Carlos III dispuso en 1770 que el establecimiento pasase a depender del Estado.


Las Comunicaciones y el Transporte:


A partir de 1765, se construyeron, gracias a la iniciativa de Ambrosio O'Higgins, varias casas de cal y ladrillo en el camino cordillerano de Uspallata, que unía Santiago con Mendoza y que facilitaba el correo a Buenos Aires, con el fin de que sirvieran de refugio a los viajeros que por allí pasaban. También O'Higgins influyó en el mejoramiento del camino entre Santiago y Valparaíso.


El transporte más generalizado fue el caballo, por lo cual se hicieron muy lentas las comunicaciones.



Las Formas de Trabajo (1791):


A fines del siglo XVIII, debido al aumento de la población de los mestizos y de los trabajadores libres y a la desaparición de los indios, debido a la mezcla racial, sólo subsistían unas cuantas docenas de encomiendas.


Ambrosio O'Higgins solicitó y obtuvo de Carlos IV la abolición definitiva de las encomiendas, sin que hubiera que enfrentar la oposición del cabildo.


Los indios liberados fueron agrupados en pueblos o asientos de indios que han llegado a ser las aldeas de: Pomaire, Chalinga y Conchalí.


Los Campesinos:


La abundante ganadería en la zona de Aconcagua a Colchagua, exigió un mayor empleo de trabajadores asalariados, fueron éstos los peones e inquilinos.


Los peones eran mestizos o indios que trabajaban por un salario libremente. Con el tiempo los peones reemplazaron a los indios encomendados.


Los inquilinos o arrendatarios de tierra comenzaron a formarse en el siglo XVII, pero esta tendencia tuvo modificaciones en el siglo XVIII, al aumentar las obligaciones de los inquilinos, hubo que aumentar el pago.


Los Mineros:


El trabajo de las minas dio origen a diversas formas de relaciones entre el propietario y sus trabajadores, llegándose finalmente al régimen del salario.










La Vida Social:


El Refinamiento del Siglo XVIII:


Durante el último siglo colonial, época de reposo y de progreso, se refinan las costumbres de la aristocracia, que pasa a formar una pequeña corte en torno a los últimos gobernadores.


La edad de oro de la sociabilidad colonial fueron los tiempos de Muñoz de Guzmán, quien a pesar de sus años fue muy dado al baile, al teatro y a la música.


Una Tertulia Colonial:


Esperaban en la puerta a los invitados, los que pasaban a la cuadra. Las damas tomaban colocación a la derecha y los caballeros a la izquierda de los estrados. El bastonero rompía el baile con la estirada contradanza o el minue, al compás de la orquesta formada por violines, arpa y clave. Algunas señoritas se lucían cantando al piano canciones italianas. Por la tertulia se deslizaban las chinas de la casa, haciendo circular bandejas de tostadas, rosquitas, merengues, frutas confitadas y dulces de pasta de las monjas.


Los hombres preferían dirigirse a las alacenas del comedor a paladear los tragos de la época.


A media noche la concurrencia se agolpaba en el comedor.


Saciado el apetito, volvían los comensales, con chasquidos de lengua, a la cuadra, a rematar la noche entre bailes y canciones.


La Etiqueta: Competencias a que da Ocasión:


La vida social se regía por una complicada y rigurosa etiqueta, conforme a la cual era preciso proceder en las ceremonias y en las reuniones de sociedad. Esto daba origen a pendencias de autoridades, que más de una vez hubieron de ser resueltas por el propio soberano.


El Vestuario:


Durante el siglo XVIII se observa un aumento del lujo y del bienestar, originado por la exportación de trigo y metales de Perú. Los marinos franceses introducen las modas de Francia, mientras los barcos que doblaban el cabo de Hornos hacían llegar a Chile antes que al Perú los figurines de Madrid y de Cádiz.


Se produce un cambio notable en el traje de la mujer elegante. Comienza el uso de mangas ajustadas y tan cortas que apenas bajaban de los hombros. El escote aumentó en amplitud. El faldellín llegaba hasta el empeine de los pies. El calzado lo constituye el zapato de seda. El peinado esta formado por numerosas trenzas que se unían en las orejas formando el ala de “pichón”.


Los caballeros, con pelucas empolvadas, usan el vistoso chaleco que les llega hasta la rodilla, el calzón corto, y el zapato con hebillas, y se cubren con elegantes capas españolas de color negro.









Pueblos originarios de Chile.


Abordar el estudio de los distintos grupos indígenas que poblaban el actual territorio al momento de su primer contacto con los españoles es una tarea tremendamente compleja.

El instante de ese encuentro no fue, sin embargo, igual para todos los grupos. Se produjo a principios del siglo XVI con las poblaciones del Norte Grande y durante la segunda mitad con los de Chile Central; a mediados del siglo XVII con grupos al sur de Chiloé y a fines de ese siglo y principios del XVIII con los habitantes de la Patagonia y Tierra del Fuego.

Al mismo tiempo los estadios culturales de estas comunidades eran muy diversos por lo que es difícil fijar pautas homogéneas. Se agrega, además, el que mucha de la información sobre ellas está deformada por los valores y esquemas culturales propios de quienes la registraron.

Una clasificación de las comunidades precolombinas en Chile puede hacerse atendiendo al nivel de desarrollo cultural. En este caso, es posible diferenciar dos grupos: 

1.-Pueblos Agroalfareros. 
2.-Pueblos Preagroalfareros: 
2.1. Pescadores 
2.2. Cazadores y recolectores. 

El primero fue el que presentó los mejores niveles de desarrollo, siendo la base económica la explotación del suelo agrícola, por tanto se trató de comunidades de vida sedentaria. 

El siguiente respondió a patrones de vida "más primitivos", estructurándose una organización social relativamente simple y una economía de subsistencia en un medio geográfico hostil. Las comunidades agrupadas bajo este rótulo han dejado escasas muestras de su pasado histórico lo que se hace muy difícil trazar un registro preciso de ellas y todavía fijar con precisión las áreas de ocupación espacial. 

Como características generales del período prehispánico podemos anotar: 

Los restos más antiguos de poblamiento humano se han encontrado en San Vicente de Tagua-Tagua, con una data aproximada de 11.000 años. 

Coexistieron comunidades de gran desarrollo cultural (atacameños-diaguitas) con grupos que todavía no superaban los niveles y recolección (pehuenches-onas). Esta diversidad está caracterizada por un descenso de los niveles culturales en sentido norte-sur. 

Tiahuanaco e inca fueron los complejos culturales que mayor influencia ejercieron sobre los pueblos prehispánicos chilenos de atacameños, diaguitas y picunches. 

PUEBLOS AGROALFAREROS:

- Cultura del Norte:

Cultura Aymara ……………………. Valles Norte Grande 

Cultura Atacama ……………………….. Río Loa – río Copiapó 

Cultura Diaguita …………………... Río Copiapó - río Choapa 

- Cultura mapuche: 

* Pichunches …………………………….. Río Choapa – río Maule 

* Araucanos …………………………..… Río Itata – río Toltén 

* Huilliches …………………………….. Río Toltén – Reloncaví 

* Cuncos .……………………………........ Chiloé 

Pueblo Aymara


Jarro Diaguita



Cultura mapuche








































CARACTERÍSTICAS:

Ordenamiento social complejo, presencia de grupos dominantes o dignidades al interior de la sociedad. 

Notable desarrollo agrícola; cultivos de especies como maíz, quínoa, porotos, zapallos. 

Uso de sistemas de regadío artificial (andenes o terrazas y canales) de Santiago al Norte. 

Alfarería y metalurgia de alto desarrollo y estilización. 

Intercambio cultural con otras comunidades a través del comercio. 

Religión politeísta, ausencia de grandes centros ceremoniales. 



PREAGROALFAREROS PESCADORES:

Changos …………………… Río Loa – río Aconcagua 

Chonos …………………… Sur Chiloé – Guaytecas 

Alacalufes (Kaweshkar)….. P. Taitao – Estrecho de Magallanes 

Yaganes (Yámaras) …….. Sur Canal Beagle 

Pueblo alacalufe
Pueblo chango


CARACTERÍSTICAS:

El ordenamiento social está caracterizado por la organización de bandas, con gran capacidad de desplazamiento. 

Se asocia las bandas de pescadores al llamado "hombre de los Conchales", antecesor de ellos. Su nombre deriva de los montículos de conchales, formados por el depósito de conchas de mariscos acumulados durante largos años. Se les atribuye el haber trabajado las piedras horadadas y las piedras tacitas. 

A chonos, alacalufes y yaganes se les agrega como "canoeros", señalando para ellos las siguientes 
características comunes: 

Actividad económica básica: captura de productos marinos que complementaban con caza y recolección. 

La rigurosidad del medio geográfico fue un factor que restringió el crecimiento de su población. 
Como medio de transporte y exploración marítima utilizaron distintos tipos de canoa (dalcas) e implementos de pesca y caza, auxiliándose en esta última tarea con el perro. 

En su organización sociopolítica, mantuvieron la familia como unidad básica, generalmente monógama, y la división de sexos para las tareas de la vida diaria. 

Organización de ceremonias mágico-religosas con motivo de la pubertad, similar a la de los pueblos cazadores. 

Algunos de estos pueblos conocieron indirecta o directamente los beneficios de la agricultura. Entre los primeros hay que contar a los changos que gracias a sus relaciones de intercambio comercial, pudieron adquirir de los atacameños maíz, papas y frejoles. Y entre los segundos, a los chonos, que de su contacto con los cuncos, que ocuparon la región norte de la Isla Grande de Chiloé, pudieron aprender ciertas técnicas agropecuarias tales como el cultivo de la papa y la crianza de la llama o chilihueque. 

Estas comunidades preagroalfareras no se conservaron aisladas, por ejemplo, los alacalufes (que se autodenominaban kaweshkar, "los que llevan una piel2) mantuvieron contacto con los pueblos vecinos de chonos, yaganes, onas y tehuelches. 

De todos estos pueblos pescadores, los yaganes fueron el más austral, ocupando el área entre el Canal Beagle y el Cabo de Hornos. 

A alacalufes, yámanas y onas suele denominárseles tribus fueguinas, porque habitaron en la Isla Grande de Tierra del Fuego y zonas adyacentes. 

PREAGROALFAREROS CAZADORES Y RECOLECTORES:

Cordilleranos: 

- Chiquillanes …… Los Andes – Rancagua 

- Pehuenches …… Chillán – Valdivia 

- Puelches …… 

- Poyas …… Sur Lago Nahuelhuapi 

Pampeanos 

- Tehuelches o Patagones …… S. Reloncaví – Estrecho de Magallanes 

- Selknam o Onas…… Tierra del Fuego 

Pueblo Selknam

















Pueblo Pehuenche


CARACTERÍSTICAS:

El crecimiento de su población fue escaso por problemas de subsistencia en un medio hostil. 

Sus zonas de caza o coto les permitió la captura de guanacos, pumas, huemules y aves. 

Utilizaron como instrumentos de caza: arcos, flechas, lanzas, hondas boleadoras. 

Al igual que los pescadores, se trata de bandas nómades que desconocieron la alfarería y agricultura. 

En materia religiosa, no hay edificación de centros ceremoniales sino más bien el predominio de creencias animistas. 

Al igual que otros pueblos, organizaron ceremonias mágico-religiosas, siendo una de las más conocidas la del Kloketem practicada por los onas, que constituyó un rito de iniciación a la vida adulta practicada con los adolescentes. 

La región cordillerana andina, desde la latitud de Los Andes hasta Tierra del Fuego, aproximadamente, estuvo habitada por estos pueblos nómades, cuya actividad principal fue la caza del guanaco y la recolección de frutas silvestres. 

De algunos de estos pueblos apenas quedaron rastros, es el cso de los chiquillanes, a quines no se les menciona en ninguna crónica hasta fines del siglo XVIII, debido a que en un principio se les inlcuyó entre los puelches. Con los puelches y los poyas poseían un estado cultural más primitivo que el de los pehuenches. 

Con la llegada de los españoles, consiguieron chiquillanes, pehuenches y puelches integrar el caballo como elemento de desplazamiento y alimentación. 

En el caso de los pehuenches, cuyo nombre deriva del piñón, alimento principal de su dieta (pehuen: pino, che: hombre), es interesante afirmar que poseyeron idioma propio hasta que entraron en contacto con los araucanos, de quienes adoptaron su lengua, llegando más tarde a fusionarse con ellos. El arma fundamental de los pehuenches fue la boleadora, utilizada en la defensa personal y en la cacería de animales. 

Los dos últimos pueblos cazadores, Tehuelches y Onas, se les llama "pampeanos", porque habitaron la sección oriental de Los Andes de la Patagonia y Tierra del Fuego. 

Los Tehuelches o más conocidos como Patagones, nombre impuesto por los europeso que venían con Magallanes, al observar las amplias huellas que dejaban al desplazarse sobre la nieve, se caracterizaron por su elevada estaturaa (1.80 m.) y la práctica de la talabartería, confeccionado su vestuario y utensilios domésticos (mocasines y recipientes para el agua). La introducción del caballo, siglo XVIII, les permitió ampliar su acción, debiendo adaptar el uso de sus armas a aquellas que se podían manejar desde una cabalgadura (boleadoras y lanzas). 

Los onas constituyeron el grupo más austral de cazadores, ocupando la isla Grande de Tierra del Fuego, en su parte central y oriental, ya que la costa occidental y la del sur estaba habitada por los alacalufes y yámanas, respectivamente. En idioma, "ona" significaba "hombre de hombre". En su propio idioma se autodenominaban "Selknam", "los que somos iguales". De gran contextura física, practicaban el nomadismo terrestre, sin aventurarse en el mar. 

Los onas eran principalmente cazadores de guanacos y zorros y sus mujeres se dedicaban a la recolección de huevos, hongos y frutas. Sus vestimentas eran de piel de guanaco. La habitación ona consistía en una armazón cónica, cubierta de pieles y armas, la que trasladaban en su continuo peregrinar. Las armas más usadas eran el arco y la flecha con punta de piedra y la honda; en la pesca utilizaron redes, y para cazar pájaros trampas hechas con barbas de ballena. 


















Proceso de formación de la sociedad colonial


El chile colonial:

Al frente de la jerarquía social de la Colonia se situaban los descendientes de los conquistadores que en los repartos habían recibido encomiendas. El sistema de encomiendas, empero, fue agotándose y en el siglo XVII alcanzaron preeminencia los propietarios de haciendas y de los limitados obrajes abiertos en Chile y los funcionarios llegados de España o bien del Perú.
La propiedad y dedicación a oficios mecánicos, como los obrajes, no fueron motivo de desdoro en la sociedad criolla.
Con frecuencia los conquistadores, desde luego sus capitanes, pertenecían a familias hidalgas e incluso eran segundones de casas nobiliarias que buscaban en América la oportunidad de dar origen a una nueva familia principal instituyendo un mayorazgo, esto es, creando un vínculo con los bienes adquiridos que serían transmitidos íntegramente al primogénito.

Las condiciones americanas hicieron que la institución del mayorazgo fuera perdiendo una fuerza que en Chile siempre fue escasa, incluso en tiempos de los conquistadores. Eso significa que los distintos descendientes tuvieron acceso al patrimonio familiar.Las familias principales enlazaron entre sí, creando linajes endogámicos que permitieron distinguir una serie de apellidos al tiempo que se favorecía la formación de uniones patrimoniales. Las familias dominantes, unidas por relaciones de parentesco, crearon en Santiago, La Serera y Concepción una red de apoyo y protección mutua destinada a mantener dicha jerarquía, subrayada por el control de los cabildos.
La presencia de un ejército profesional permanente hizo de los oficiales, hidalgos muchas veces curtidos en las campañas de Flandes e Italia, elementos distinguidos de la sociedad y candidatos a ser casados con las hijas de la naciente oligarquía criolla.



En cuanto a los indígenas:

El fuerte descenso de la población indígena obedeció a causas diversas que no pueden resumirse de modo simplista atribuyéndolas sólo a la guerra con los conquistadores, aunque sin duda ésta tuvo mucho que ver en el descenso de población en la región araucana.
La difusión de nuevas enfermedades fue la causa principal de la catástrofe demográfica. La epidemia de viruela, sarampión y gripe que desde 1586 se extendió desde Cuzco y Potosí alcanzó también las tierras de Chile, ocasionando gran mortandad entre la población indígena, cuyo organismo carecía de defensas naturales ante enfermedades desconocidas.

                                                
Deben añadirse también otras circunstancias si se quiere comprender la amplitud del fenómeno. El trabajo obligatorio en las encomiendas y la reconstrucción de la mita supuso endurecer las condiciones de vida. Pero no fue menor el efecto de producir excedentes para los caciques, para el tributo o para obtener los ingresos que permitirían pagar las tasas que se les impusieron en diferentes momentos. Los desplazamientos de población para trabajar en tierras distantes ocasionaban un constante número de víctimas, pero quizá era más notable aún la consecuencia que implicaba en cuanto a la desestructuración de las familias y los poblados. En las regiones sometidas al dominio español se puso fin a la poligamia y los religiosos la persiguieron, reduciendo las amplias descendencias de antaño.
Desde la llegada de los españoles en 1540 hasta fin de siglo, la población autóctona al norte del río Maule (amplia región en la que se había asentado la colonización) había descendido en cuatro quintas partes. En 1695, se informaba a la Corona de las dificultades halladas para disponer de mano de obra indígena «por haberse consumido» la mayoría. Al norte del Biobío, la provincia bajo control español apenas registraba unos veinte mil indígenas de los más de doscientos mil que se ha calculado que habitaban la región en 1535.

Economía:

De acuerdo a los principios mercantilistas existentes durante la Colonia, la riqueza de cada nación tenía directa relación con la acumulación de metales preciosos que poseía cada una, por lo que la Corona española creó en Sevilla en 1503 la Casa de Contratación, encargada de regir el comercio con las Indias. Pero más tarde sumó a sus responsabilidades autorizar la salida de pasajeros de América, zanjar disputas mercantiles, encargarse del correo, preparar cartas de navegación y a los pilotos que irían en la travesía.

En cuanto a la organización económica en Chile, en este período existieron dos clases de contribuciones. Unas referentes a ciertos servicios de la población, que pertenecían a los Cabildos, y otras -más generales- que gravaban la producción y los negocios del país, pertenecientes al rey. Por otro lado, la Corona percibía 
contribuciones extraordinarias de parte de los colonos, denominadas derrama, lo que era considerado injusto por los gobernadores de la época.
Pero esto no era todo. La Corona, para dar cumplimiento a su política económica, dispuso que las colonias solo comercializaran con ella a través de flotas escoltadas por naves de guerra, para evitar que los extranjeros obstaculizaran este proceso y por los posibles ataques de piratas y corsarios. Pero especialmente, lo que más quería evitarse era que el oro y la plata se fugaran de sus manos.

Oro y plata:



Cuando la etapa de la Conquista terminó, los españoles habían arrebatado el oro y la plata acumulado por los indígenas. En la época colonial comenzaron a explotar lavaderos y minas, generando una importante riqueza a costa del trabajo de los indígenas chilenos. Las minas se convirtieron en un gran pilar de la economía durante este período, influyendo fuertemente en la vida social de la población, por lo que la Corona se encargó de proteger todo tipo de explotaciones mineras, el oro y la plata, no solo por lo que significaba para la comunidad, sino porque el quinto real, tributo del 20 por ciento que se pagaba por estos elementos, era esencial para la ciudad.

 Mestizaje:

El mestizaje supuso un proceso amplio, duradero y profundo, hasta el extremo de configurar un pueblo nuevo que estaría en la base demográfica del futuro Chile. Ahora bien, el mestizaje conoció etapas y significados distintos. En un primer momento hace referencia a una cuestión biológica, los nacidos de español e indígena, pero muy pronto, a finales del siglo XVI, se refiere con preferencia a un concepto cultural. Hasta el punto de que el mestizo será considerado criollo si pasaba a vivir con el padre e indígena si se integraba en la familia de la madre. Los mestizos criollos se contabilizaban en los recuentos como españoles, sobre todo a partir de la tercera generación. La clasificación de los cruces raciales americanos hizo que los hijos habidos de blanco y mestiza se denominaran «castizos», pero los habidos de blanco y castiza simplemente se llamaban «españoles».

Las condiciones climáticas ambientales y los sucesivos enlaces con europeos favorecieron el «emblanquecimiento» de la población y el retroceso de los rasgos indígenas entre ellos.

Los mestizos nunca llegaron a constituir una comunidad con identidad y comportamientos propios. Inicialmente estuvieron excluidos de cualquier prestación militar y del acceso al estudio, pero la integración y los sucesivos enlaces los «españolizaron». La ausencia de herederos legítimos permitió que los mestizos habidos fuera del matrimonio sucedieran al padre español en la posesión de sus bienes.
Los mestizos que se mantenían en la casa paterna muchas veces reemplazaban a sus madres en las funciones que desempeñaban en el hogar, en la estancia o en la chacra. Las hijas mestizas de las casas principales eran educadas al modo español y con frecuencia dadas en matrimonio a españoles de inferior rango que el paterno, a menudo empleados de éste. Las mujeres mestizas formaron la base de posteriores matrimonios de españoles y en buena medida dieron la pauta de la futura población chilena. Sin embargo, fue muy frecuente en los siglos XVI y XVII la «barraganería», unión libre entre hombres y mujeres sin vínculo sacramental, lo que el clero no cesó de denunciar.
Las siguientes generaciones mestizas fueron integrándose en una sociedad progresivamente hispanizada al margen de la procedencia étnica de sus componentes. Indígenas y negros, por el contrario, quedaban al margen del sistema. Los yanaconas mantuvieron la condición de siervos. Los hijos mestizos no reconocidos tendieron a casar con mestizas e indias, lo cual era tenido en la férrea jerarquía colonial por un descenso en el rango social.
Los mestizos pasaron a convertirse en súbditos directos de la Corona, con las obligaciones que comportaba esa situación y también con la ventaja que la monarquía hallaba en ella. Andando el tiempo, en el siglo XVIII, el término mestizo sirvió para designar a los sectores populares adaptados a la hispanización de la provincia.
Los matrimonios mixtos estaban autorizados desde 1501 y no dejaron de producirse en una región tan alejada de los centros del Imperio y con tan escasa presencia de mujeres de procedencia española. Sin embargo, la mayor parte de los mestizos eran fruto del concubinato o de la práctica de abusos. La presencia de una tropa estacionada en la frontera, la endémica situación de fuerza y el lento progreso de la Colonia favorecieron estos comportamientos.



Confrontación de interpretaciones historiográficas y presencia indígena en Chile contemporáneo.

Presencia indígena en el chile contemporáneo:

La presencia de los pueblos indígenas en la sociedad y en la política de los países latinoamericanos ha cobrado un notorio aumento y un especial significado desde finales del siglo XX y comienzos del XXI. Ya sea porque estos pueblos han logrado perpetuarse como tales y adaptarse al mismo tiempo, y a veces con éxito, a la política de los estados nacionales en que habitan (Bolivia, Ecuador, México, Guatemala) o bien porque continúan siendo víctimas de la opresión y marginación que les impone el actual sistema económico y político de los estados nacionales, ellos constituyen un actor social y político en el amplio sentido del término, cuya acción debemos considerar si queremos entender mejor nuestra historia y configuración presente. 


Esta situación general recorre con mayor o menor intensidad todo nuestro continente y ella es probablemente tanto el resultado de las relaciones históricas de desigualdad entre los pueblos indígenas y los estados nacionales como de la propia evolución interna de las sociedades indígenas y nacionales tras el período colonial. Asimismo, según informa la actual historiografía andina y mexicana, la acción indígena contemporánea no sería sino una expresión de una historia de acción colectiva que se remonta prácticamente a los primeros contactos con los europeos.





 En todos estos casos, presentes y pasados, los indígenas establecen demandas y reivindican  derechos tradicionales que representan valores desconocidos y contradictorios a los que promueven las élites políticas y económicas nacionales y que son interpretados como conducentes a actos ilegales, delictivos y criminales.
Sin ser histórico en propiedad, el análisis se sitúa dentro del período que va de 1992 a 2007 y se localiza fundamentalmente en el contexto de la región de La Araucanía, en el sur de Chile, en el territorio conocido hasta fines del siglo XIX como “la Frontera”. Esta cronología y la localización se justifican por dos razones principales. Por una parte, como se desprende de los análisis de diversos especialistas en la materia (Bartolomé, 1995; Albo, 2002; Bengoa, 1999), 1992 fue un año clave en el resurgimiento de un nuevo ciclo de protestas indígenas en América Latina. Igualmente 2007 es un año relevante debido a que en él la ONU aprobó, después de años de discusión y espera, la
Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas, instrumento con el cual se espera contribuir al establecimiento de relaciones sociales, políticas y económicas equilibradas entre los estados nacionales y los pueblos indígenas. Por otra parte, el período está lo suficientemente documentado y asimismo existe cada vez más facilidad de acceso a fuentes vivas y en mayor cantidad. Asimismo, nos enfocamos en La Araucanía porque es en esta región donde, en el caso chileno, se han concentrado los procesos de reivindicación étnica y porque en ella donde la presencia mapuche es cada vez más notoria. Dentro de este período se pueden distinguir tres momentos por los que atraviesa la insurgencia mapuche: 1) el inicio de un proceso de revitalización y rearticulación étnico-cultural (1990 en adelante), 2) un momento de radicalización de la acción reivindicativa (desde 1997 a 2003 aprox.) y 3) el momento presente, que se caracteriza por la persecución y criminalización obsesiva de los activistas, dirigentes, autoridades tradicionales y organizaciones mapuche insurgentes por parte de los aparatos estatales de control y represión.